Cómo ahorrar energía con los electrodomésticos

¿Cómo ahorrar energía con los electrodomésticos?

La factura de la luz se ha disparado en los últimos meses, alcanzando precios récord que afectan al bolsillo de los consumidores. Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica, el precio medio de la luz en mayo se sitúa en 84,87 euros por megavatio hora (MWh), frente a los 184,83 euros que registró en el mismo mes del año pasado. Esto supone un incremento del 77% en un año. Entonces ¿Cómo ahorrar energía?

Ante esta situación, muchos usuarios se preguntan cómo pueden reducir el consumo eléctrico de sus hogares y ahorrar en su factura. Una de las claves está en el uso eficiente de los electrodomésticos, que representan una parte importante del gasto energético doméstico.

Los electrodomésticos son aparatos que utilizamos a diario para facilitar nuestras tareas cotidianas, como cocinar, lavar la ropa o conservar los alimentos. Sin embargo, no todos los electrodomésticos consumen lo mismo ni de la misma forma. Por eso, es importante conocer su etiquetado energético, que indica el grado de eficiencia de cada aparato y el consumo estimado que tendrá al año.

El etiquetado energético va desde la letra A (más eficiente) hasta la G (menos eficiente), y dentro de la A hay diferentes categorías (A+, A++, A+++). Cuanto más eficiente sea el electrodoméstico, menos energía consumirá y menos contaminará. Por tanto, a la hora de comprar un nuevo electrodoméstico, conviene elegir el que tenga una mejor calificación energética, aunque su precio sea más alto, ya que a la larga se amortizará con el ahorro en la factura.

Cuanto más alta sea la letra, menor será el gasto. Por ejemplo, un frigorífico con etiqueta A+++ puede consumir hasta un 60% menos que uno con etiqueta A+. También hay que tener en cuenta el tamaño, la capacidad y las prestaciones de cada electrodoméstico, y adaptarlos a nuestro uso real.

IDEAS Y CONSEJOS PARA AHORRAR CON TUS ELECTRODOMESTICOS

Pero además de elegir electrodomésticos eficientes, también podemos adoptar una serie de hábitos y consejos para optimizar su uso y reducir su consumo eléctrico. Algunos de ellos son:

• – Aprovechar las horas más baratas para poner los electrodomésticos. El precio de la luz varía según la hora del día y la demanda del mercado. Por eso, es conveniente consultar el precio horario de la luz y programar los electrodomésticos para que funcionen en las franjas más económicas, que suelen ser por la noche o a primera hora de la mañana.
• – Evitar el consumo fantasma o stand-by. Muchos electrodomésticos siguen consumiendo energía aunque no estén funcionando, simplemente por estar enchufados o tener una luz o un reloj encendidos. Este consumo fantasma puede suponer hasta un 10% del gasto eléctrico anual. Para evitarlo, se recomienda desconectar los aparatos que no se usen o usar regletas con interruptor para cortar el suministro.
• – Mantener los electrodomésticos limpios y en buen estado. El polvo, la suciedad o el desgaste pueden afectar al rendimiento de los electrodomésticos y hacer que consuman más energía. Por eso, es importante limpiarlos periódicamente y revisarlos para detectar posibles averías o fugas. También es conveniente cambiar los filtros o las juntas cuando sea necesario.
• – Ajustar la temperatura y la carga de los electrodomésticos. Cada electrodoméstico tiene una temperatura óptima de funcionamiento que garantiza su eficiencia y su seguridad. Por ejemplo, el frigorífico debe estar entre 3 y 5 grados centígrados y el congelador entre -18 y -20 grados. Si se superan estos valores, se consume más energía y se corre el riesgo de estropear los alimentos. Del mismo modo, hay que ajustar la carga de los electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas, evitando ponerlos a media carga o sobrecargarlos.

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